¿Quiénes somos? ¿Somos un organismo más? ¿Nuestra existencia coincide con la existencia de nuestra vida, esto es, con la existencia de nuestro organismo o existimos antes de la vida y después de la vida, esto es, trascendemos la muerte? ¿Quiénes somos? ¿De qué forma incide en nuestra existencia actual la respuesta que demos a estas interrogantes? ¿Cuánta importancia da la educación a estos temas? ¿Acaso no es importante preguntarse por el valor de la vida, de nuestra existencia, de nuestro origen y destino? ¿Creemos o no –y auténticamente- en una existencia después de ésta?
Pongo a la reflexión de ustedes, una serie de pensamientos que extraeré de distintas visiones sobre el antes o después de la vida. Se tratará de ideas que creo son interesantes para nuestra reflexión y formación como educadores y como seres humanos sin más. Son reflexiones auténticas –convicciones- de personas que han meditado largamente sobre el tema… Sin embargo, no son presentadas para aceptarlas como verdad absoluta sino para la reflexión y porque, en algún momentos de nuestras vidas, podrían ayudarnos o servirnos para ayudar a otros… Estas reflexiones, nos ayudarán también para entender mejor algunas miradas del cine sobre la vida y la muerte.
1.1 La Mirada Nihilista De La Vida.
Para quienes sólo somos un ser orgánico, cuyo funcionamiento y actos definen los alcances y límites de nuestra existencia, nuestra existencia se inicia en el útero y cesa en el sepulcro. Una visión de esta índole se agotará, por lo tanto, en las funciones y sobrevivencia de la especie y del individuo dentro de ella. La muerte, desde esta perspectiva, implicará no un tránsito a otra vida sino el aniquilamiento del ser: su fin, su cesación. De acuerdo con ello, nuestra existencia será sinónimo de vida – esto es de funcionamiento orgánico- donde la calidad, propósito y bienestar de la existencia, dependerá del estado vital y, por ende, de la satisfacción de las necesidades vitales: comodidad, placer, funcionamiento óptimo y perdurabilidad de las mismas.
En esta concepción, la muerte como fin de la existencia, se convertirá en el absurdo de la vida; el envejecimiento del cuerpo será algo que si no se puede superar, sí habrá que tratar de ocultar o disimular a toda costa: “Nuestra sociedad de consumo rinde pagano culto al cuerpo, a la vida material. El consumismo nos deslumbra. Los bienes materiales son principio y fin de nuestras vidas”. (Dr. Andrés Barros Pérez–Cotapos. “Más allá de la vida. Una visión cercana a la ciencia”. Ed. Alba S.A., 2001, p. 6)
Antes y después de la vida: nada. Es la mirada nihilista de la vida; donde todo comienza y termina en ella; donde su único triunfo es la conservación de la especie. Nihilismo, palabra de la raíz latina nihil, que significa nada, aquello que no existe. De ahí procede el verbo "aniquilar" que significa destruir completamente. “Macbeth de Shakespeare, resume elocuentemente la perspectiva existencial del nihilismo, desdeñando la vida:
¡Apágate, apágate, corta vela! La vida no es sino una sombra pasajera, un mal actor que se pavonea y que teme su hora sobre el escenario. Y luego no se escucha más, es un cuento contado por un idiota, lleno de sonidos y furia, sin ningún significado.
Las predicciones de los filósofos sobre el impacto del nihilismo en la sociedad son desalentadoras”. (Cf. http://www.allaboutphilosophy.org/spanish/nihilismo.htm)
Lo más paradójico del nihilismo es que la exaltación de la vida es, precisamente, la que le quita sentido al reducirla a un vivir por y para la vida: Es una vida sin misión, sin vocación, sin trascendencia…
Para entender la visión nihilista de la vida y el vacío existencial
http://www.youtube.com/watch?v=7BoGNoNFbX0
Woody Allen, "La vida y nada más" [Película Documental]
http://www.youtube.com/watch?v=Mb9-l_j6YrU
¿Cuál Sería La Mejor Atención Del Moribundo Según La Mirada Nihilista?
Tal vez: la mejor clínica, amplia, con jardines y excelentes estacionamientos, con los máximos adelantos tecnológicos y médicos, con fármacos para evitar el dolor y toda suerte de conexión a máquinas que permitan reemplazar o cooperar con sus órganos desvitalizados… El Dr. Barros Pérez-Cotapo se pregunta “Los momentos finales de estos seres ¿serán realmente ideales? ¿Estarán conformes o felices al sentir que su única compañía, lo constituyen marcapasos, balones de oxígeno, botellas de suero, máquinas respiradoras, bombeado por mangueras y pinchados al segundo? (…) Ciertamente, no estoy predicando una cruzada de deshumanidad negando apoyo médico al moribundo. Mi pensamiento está muy lejos de esa idea. Sin embargo, estimo más deshumanizado creer que nuestro apoyo a la agonía de un ser querido radique sólo en aquietar nuestra conciencia al brindar sólo apoyo técnico material. La mirada errática de estos moribundos de excelencia clínica se aviva, se impregnan de ternura y amor al sentir una mano fraterna sobre sus frentes, la presión de otra mano amiga sobre un brazo, un poco de música, un beso, comprensión, un acto de amor.” (Ob. Cit. P. 6)
1.2 Miradas Trascendentes De La Vida
Desde la fe
Desde la fe
Desde que se tiene noticia de nuestra existencia, ya en la edad de piedra, el hombre vislumbró que su vida no cesaba con la muerte, sino que existía otro tipo de existencia superior. Los chamanes siberanios, aztecas, incas, celtas, germanos, tribus étnicas de África, indígenas de América, dejaron imágenes de sus creencias en una vida ultraterrenal siempre superior a ésta.
a. Los Egipcios.
Piramides y momias expresan las ansias de eternidad de los egipcios. Sus cámaras mortuorias eran provistas de alimentos, vestuario, joyas, adornos. Los Textos de las Pirámides y Textos de los Sarcófagos explican los peligros que acechan al difunto en el viaje que inicia su alma en forma de Ba (cuerpo de ave y cabeza humana) hasta llegar a la presencia de Osiris. Osiris sería el juez supremo del tribunal de los difuntos. El reino de Osiris contempla dos dominios. Uno, divino; otro siniestro, carente de pan, agua y luz; con seres malvados… Sólo quien se haya iniciado en el camino de los misterios, podrá traspasar con éxito las 21 puertas, 7 vestíbulos y 15 moradas del inframundo y sentarse a la mesa con Osiris. Es un viaje de superación de la muerte, que para ser llevado con éxito requiere iniciarse, de preparase en esta vida. El Libro de las Puertas, El Libro de las cavernas y el Libro del Amduat (Libro de lo que hay en el otro mundo) forman el corpus de enseñanzas para prepararse en esta vida para lograr el reino eterno o condenarse eternamente en el mundo de los muertos o inframundo. Antes de acceder a la eternidad deberá pasar una última prueba: El juicio de los muertos ante 42 jueces; llevado a cabo en “La sala de las Dos Verdades”, bajo la presencia de Osiris, quien la preside. Haber llevado una vida correcta es requisito para permanecer en el más allá y conocer a Osiris como el Señor de la Casa. Se le harán preguntas sobre actos cometidos, siendo su corazón colocado en un lado de la balanza de almas; mientras en el otro hay una pluma de Maat, la Diosa de la Verdad y de la Justicia. Si su corazón es más liviano pasa a reino de Osiris por la eternidad, como un miembro celestial; o muere para siempre, engullido por Ammit, el demonio devorador de Almas.
b. Los griegos y romanos.
En la antigüedad hubo distintos cultos mistéricos; donde se capacitaba para distinguir lo divino de lo humano, lo terrenal de lo ultraterrenal, para perder el miedo a la muerte y al ultramundo o reino del señor de los muertos, reino de las sombras, gobernado por Hades y su esposa Perséfone (mitología Griega) o Plutón y Proserpina (mitología romana).
Desde aproximadamente 1500 a.c. hasta el siglo IV d.c., se celebraban los llamados Misterios Eleusinos (se celebraban en Eleusis, Grecia) en honor a la diosa Demeter y su hija Perséfone. Los iniciados en estos misterios guardaron tan celosamente los secreto que les eran conferidos, que ningún externo pudo conocer mucho sobre ellos y las visiones que tenían del más allá. Se supone que recibían enseñanzas sobre la esencia de la existencia humana y el sentido de la vida y la muerte que transformaban sus vidas. Píndaro, iniciado en ellas decía: “Bendito es aquel que, habiendo visto estos ritos, toma el camino bajo la tierra. Conoce el final de la vida, así como su divino comienzo.” Cicerón clamaba: “No solo hemos encontrado ahí la razón para vivir más alegremente sino también que podemos morir con mayor esperanza.” Se sabe que los iniciados tenían una serie de procesiones, rituales y que hacían uso de una serie de técnicas para alcanzar el éxtasis que les llevaba a percepciones de lo sobrenatural. La iniciación era requisito para librarse del reino de los muertos; sin diferenciar entre reyes, héroes, generales. Opuesto al inframundo, una especie de paraíso: Los Campos Eliseos, conocidos también como Isla de los Bienaventurados; donde no existe la muerte sino sólo la dicha; donde los mortales se alimentan como los dioses: Se trata de un lugar más allá de la muerte pero no del más allá. Los Campos Elíseos eran el lugar sagrado donde las sombras de los hombres virtuosos y los guerreros heroicos llevaban una existencia dichosa y feliz, en medio de paisajes verdes y floridos. Era la antítesis del Tártaro; asociado a menudo con el Cielo cristiano.Aún así, las personas que residían en los Campos Elíseos tenían la oportunidad de regresar al mundo de los vivos, cosa que no muchos hacían. Un lugar conocido como el Tártaro se encontraba en lo más profundo del Hades: del Tártaro no había retorno. Allí Zeus arrojó a los Titanes, a Tántalo, a Sísifo y a todos los pecadores.
Los muertos entraban al inframundo cruzando el río Aqueronte, en una barca conducida por Caronte, quien les cobraba un óbolo. Por ello los griegos colocaban bajo la lengua del difunto o encima de sus párpados una moneda. La otra orilla era vigilada por Cerbero, el perro guardián de tres cabezas, quien cuidaba la puerta de entrada al Hades para que no entrara ningún vivo sino sólo los espíritus de los muertos y, a su vez, nadie saliera. (Imágenes: Caronte, ilustración de Gustave Doré y Cerbero, acuarela de William Blake.)
d. Los pueblos indígenas
Todos los pueblos indígenas desarrollaron una creencia en el alma, la que se separaría del cuerpo seguir existiendo más allá de la muerte física.
Los aztecas diferenciaban tres reinos de los muertos: El Mictlan, donde iban los enfermos y hallaban la muerte y quedaban destruidos para siempre. El Tlalocan, lugar paradisíaco, donde iban las víctimas de las catástrofes naturales. La Casa del Sol, donde iban los guerreros y las mujeres que fallecían en el parto. Los muertos podían adquirir diversas formas: humanas, de aves, nubes o viento.
Los indios delaware creían que quienes se hubiesen conducidos por caminos correctos durante la vida, irían tras la muerte a un lugar paradisíaco y eterno: El país de la vida. En el centro del País de la Vida, estaría la morada del gran espíritu bueno. Todo allí es belleza, grandes prados donde pastorean los animales más preciados. Allí se encontrarán padres e hijos. Una nítida luz ilumina al creador. Allí los enfermos sanan y no hay distingos sociales. Los incas construyeron templos monumentales, ocupados por sacerdotes y mujeres elegidas; realizaban complejas ceremonias. Creían en el poder mágico de algunos objetos, adoraban la naturaleza y el Sol. Los sacerdotes practicaban la adivinación y se hacían sacrificios en cada ocasión importante; llegando al ofrecimiento de sacrificios humanos.
Los ewe (habitantes de la selva del oeste de África) creían en la preexistencia del alma. El nacimiento es la encarnación de esa alma en la que distinguen dos partes: la principal o alma de vida, procedente de la patria del alma y otra más pequeña, llamada alma de los muertos.
Los mapuches representaban el mundo con una forma de naranja; de la cual sólo accedemos a la mitad. Tres dimensiones conforman la estructura del Universo mapuche:
Wenu Mapu: En el extremo superior está la Wenu Mapu, la tierra de arriba, espacio sagrado e invisible donde habitan la familia divina, los espíritus del bien y los antepasados mapuches.
Nag Mapu: Se denomina así a la tierra central, también conocida como "la tierra que andamos", aquel espacio visible que es habitado por los hombres y la naturaleza.
Miñche Mapu: la tierra de abajo, donde se encuentra la fuerza del mal o espíritus malignos.
Los mapuches no construyeron templos pues sus rituales los hacían en íntimo contacto con la naturaleza. Ofrecen culto a los espíritus de los antepasados (míticos o reales), y a espíritus y/o elementos de la naturaleza. Para ellos, “antes que todo, existe el Pu-Am, una ánima universal que permea todo lo viviente. De esta ánima universal se desprende la de cada hombre, el Am, que acompaña su cuerpo hasta que muere. Sin embargo, no solo el ser humano tiene su Am, todo ser viviente posee su propia ánima. Solamente los wekufe no poseen ánima” (Wekufe son los espíritus malignos). Para los mapuches, cuando el hombre muere, su Am se convierte en Pillü (espíritu benigno masculino) y se resiste a alejarse de su cuerpo. Pero el estado de su pillü es muy peligroso, pues el wekufe puede adueñarse de esa ánima y esclavizarla o ser usada por los Calcu (especie de brujo). Para salvarse, ella tiene que viajar a la isla de Ngill chenmaiwe que los muertos pueden alcanzar con las ayuda de las Trempulcahue (cuatro ancianas transformadas en ballenas que nadie puede ver); en este lugar se convertirá en Alwe o Pillán. Por esto, en el funeral, los parientes y amigos del difunto tratan de ahuyentar su ánima con gritos y golpes. Bajo la forma de alwe, el ánima podrá regresar cerca de sus queridos sin que los wekufe puedan amenazarla y así ayudar a sus descendientes, sobre todo a sus nietos. En algunos casos, cuando el ser humano ha logrado alcanzar su superación en la isla Ngill chenmaiwe, el pillü puede lograr transformarse en pillán o en wangulén. Finalmente, con el transcurrir del tiempo, cuando ya los descendientes del muerto han perdido la memoria del difunto, su alwe vuelve a reunirse al Pu-Am y así el ciclo alcanza su conclusión.
Ngenechén: Espíritu o deidad que gobierna a los humanos.
Antu o Chau: Llamado también Antu fucha (anciano rey sol).
Antu kuche (anciana reina luna), representación de Küyén, esposa de Antu fucha..
Elche: Espíritu creador del hombre.
Elmapu: Espíritu creador del mapu (Tierra).
El rehue (imagen derecha) simbolizaba la escalera al cielo, y marca el lugar de congregación ritual mapuche, donde se agradece a los pillanes y a la tierra. Rodean canelos, símbolo de paz. Los mapuches “Cantaban y bailaban; comían y bebían por días y noches”; eran “espacios sagrados permanentes”. Quien se interese por indagar más sobre las religiones y las creencias sobre el más allá, puede hacerlo… Aquí hemos querido asomarnos sólo lo suficiente para hacer notar que la idea que siempre ha primado es: La vida no termina en la muerte sino que existe un más allá de ella; donde el acceso a mundos paradisíacos, mundos de bienaventuranza, de vida eterna requieren de una iniciación, preparación, comportamiento… Las religiones universales -judaismo, cristianismo, islamismo, hinduism, budismo - ven en la vida un estado de tránsito a una existencia superior. Aquí no entraremos en ellas pues nos demandaría el semestre y más. Sí -en el punto siguiente- comprenderemos muchas de sus creencias, en cuanto son también materia de ciencia y el acceso a sus enseñanzas pueden ser un beneficio para nuestro actuar educativo - orientador.
e. El Budismo explicado por Jorge Luis Borges
Fe - Esperanza - Caridad
Son las virtudes teologales de quienes creen
en un
Ser Creador, Bondadoso, Sabio.
Las diversas religiones le llamarán y entenderán de diversas formas...
a. Los Egipcios.
Piramides y momias expresan las ansias de eternidad de los egipcios. Sus cámaras mortuorias eran provistas de alimentos, vestuario, joyas, adornos. Los Textos de las Pirámides y Textos de los Sarcófagos explican los peligros que acechan al difunto en el viaje que inicia su alma en forma de Ba (cuerpo de ave y cabeza humana) hasta llegar a la presencia de Osiris. Osiris sería el juez supremo del tribunal de los difuntos. El reino de Osiris contempla dos dominios. Uno, divino; otro siniestro, carente de pan, agua y luz; con seres malvados… Sólo quien se haya iniciado en el camino de los misterios, podrá traspasar con éxito las 21 puertas, 7 vestíbulos y 15 moradas del inframundo y sentarse a la mesa con Osiris. Es un viaje de superación de la muerte, que para ser llevado con éxito requiere iniciarse, de preparase en esta vida. El Libro de las Puertas, El Libro de las cavernas y el Libro del Amduat (Libro de lo que hay en el otro mundo) forman el corpus de enseñanzas para prepararse en esta vida para lograr el reino eterno o condenarse eternamente en el mundo de los muertos o inframundo. Antes de acceder a la eternidad deberá pasar una última prueba: El juicio de los muertos ante 42 jueces; llevado a cabo en “La sala de las Dos Verdades”, bajo la presencia de Osiris, quien la preside. Haber llevado una vida correcta es requisito para permanecer en el más allá y conocer a Osiris como el Señor de la Casa. Se le harán preguntas sobre actos cometidos, siendo su corazón colocado en un lado de la balanza de almas; mientras en el otro hay una pluma de Maat, la Diosa de la Verdad y de la Justicia. Si su corazón es más liviano pasa a reino de Osiris por la eternidad, como un miembro celestial; o muere para siempre, engullido por Ammit, el demonio devorador de Almas.
b. Los griegos y romanos.
En la antigüedad hubo distintos cultos mistéricos; donde se capacitaba para distinguir lo divino de lo humano, lo terrenal de lo ultraterrenal, para perder el miedo a la muerte y al ultramundo o reino del señor de los muertos, reino de las sombras, gobernado por Hades y su esposa Perséfone (mitología Griega) o Plutón y Proserpina (mitología romana).
Desde aproximadamente 1500 a.c. hasta el siglo IV d.c., se celebraban los llamados Misterios Eleusinos (se celebraban en Eleusis, Grecia) en honor a la diosa Demeter y su hija Perséfone. Los iniciados en estos misterios guardaron tan celosamente los secreto que les eran conferidos, que ningún externo pudo conocer mucho sobre ellos y las visiones que tenían del más allá. Se supone que recibían enseñanzas sobre la esencia de la existencia humana y el sentido de la vida y la muerte que transformaban sus vidas. Píndaro, iniciado en ellas decía: “Bendito es aquel que, habiendo visto estos ritos, toma el camino bajo la tierra. Conoce el final de la vida, así como su divino comienzo.” Cicerón clamaba: “No solo hemos encontrado ahí la razón para vivir más alegremente sino también que podemos morir con mayor esperanza.” Se sabe que los iniciados tenían una serie de procesiones, rituales y que hacían uso de una serie de técnicas para alcanzar el éxtasis que les llevaba a percepciones de lo sobrenatural. La iniciación era requisito para librarse del reino de los muertos; sin diferenciar entre reyes, héroes, generales. Opuesto al inframundo, una especie de paraíso: Los Campos Eliseos, conocidos también como Isla de los Bienaventurados; donde no existe la muerte sino sólo la dicha; donde los mortales se alimentan como los dioses: Se trata de un lugar más allá de la muerte pero no del más allá. Los Campos Elíseos eran el lugar sagrado donde las sombras de los hombres virtuosos y los guerreros heroicos llevaban una existencia dichosa y feliz, en medio de paisajes verdes y floridos. Era la antítesis del Tártaro; asociado a menudo con el Cielo cristiano.Aún así, las personas que residían en los Campos Elíseos tenían la oportunidad de regresar al mundo de los vivos, cosa que no muchos hacían. Un lugar conocido como el Tártaro se encontraba en lo más profundo del Hades: del Tártaro no había retorno. Allí Zeus arrojó a los Titanes, a Tántalo, a Sísifo y a todos los pecadores.
Los muertos entraban al inframundo cruzando el río Aqueronte, en una barca conducida por Caronte, quien les cobraba un óbolo. Por ello los griegos colocaban bajo la lengua del difunto o encima de sus párpados una moneda. La otra orilla era vigilada por Cerbero, el perro guardián de tres cabezas, quien cuidaba la puerta de entrada al Hades para que no entrara ningún vivo sino sólo los espíritus de los muertos y, a su vez, nadie saliera. (Imágenes: Caronte, ilustración de Gustave Doré y Cerbero, acuarela de William Blake.)
c. Los celtas. Los celtas proceden del sur de Rusia, en torno al Mar Caspio. Para ellos, vida y muerte son indisolubles: la vida terrenal y el más allá son un mismo mundo; al mismo tiempo visible e invisible. El alma es inmortal; no tiene ni principio ni fin. Los druidas eran los sabios o sacerdotes celtas. Conocedores de las hierbas, daban a ellas poderes mágicos. El más allá era un lugar paradisíaco, de bienaventuranza…Son famosos los descubrimientos arqueológicos de extensos círculos de piedra, como el caso de Stonehenge que según uno de los arqueólogos más dedicado a estos descubrimientos -Parker Pearson- considera que fue construida para los ancestros; un monumento pétreo para albergar los espíritus de los muertos. Las nuevas excavaciones revelan que Stonehenge estaba comunicada por extensas avenidas de procesiones con otro gran círculo hecho de madera - que representaba el mundo de los vivos. Durante el día más corto y el más largo del año ambos monumentos se alineaban con la salida y la puesta del sol.
d. Los pueblos indígenas
Todos los pueblos indígenas desarrollaron una creencia en el alma, la que se separaría del cuerpo seguir existiendo más allá de la muerte física.
Los aztecas diferenciaban tres reinos de los muertos: El Mictlan, donde iban los enfermos y hallaban la muerte y quedaban destruidos para siempre. El Tlalocan, lugar paradisíaco, donde iban las víctimas de las catástrofes naturales. La Casa del Sol, donde iban los guerreros y las mujeres que fallecían en el parto. Los muertos podían adquirir diversas formas: humanas, de aves, nubes o viento.
Los indios delaware creían que quienes se hubiesen conducidos por caminos correctos durante la vida, irían tras la muerte a un lugar paradisíaco y eterno: El país de la vida. En el centro del País de la Vida, estaría la morada del gran espíritu bueno. Todo allí es belleza, grandes prados donde pastorean los animales más preciados. Allí se encontrarán padres e hijos. Una nítida luz ilumina al creador. Allí los enfermos sanan y no hay distingos sociales. Los incas construyeron templos monumentales, ocupados por sacerdotes y mujeres elegidas; realizaban complejas ceremonias. Creían en el poder mágico de algunos objetos, adoraban la naturaleza y el Sol. Los sacerdotes practicaban la adivinación y se hacían sacrificios en cada ocasión importante; llegando al ofrecimiento de sacrificios humanos.
Los ewe (habitantes de la selva del oeste de África) creían en la preexistencia del alma. El nacimiento es la encarnación de esa alma en la que distinguen dos partes: la principal o alma de vida, procedente de la patria del alma y otra más pequeña, llamada alma de los muertos.
Los mapuches representaban el mundo con una forma de naranja; de la cual sólo accedemos a la mitad. Tres dimensiones conforman la estructura del Universo mapuche:
Wenu Mapu: En el extremo superior está la Wenu Mapu, la tierra de arriba, espacio sagrado e invisible donde habitan la familia divina, los espíritus del bien y los antepasados mapuches.
Nag Mapu: Se denomina así a la tierra central, también conocida como "la tierra que andamos", aquel espacio visible que es habitado por los hombres y la naturaleza.
Miñche Mapu: la tierra de abajo, donde se encuentra la fuerza del mal o espíritus malignos.
Los mapuches no construyeron templos pues sus rituales los hacían en íntimo contacto con la naturaleza. Ofrecen culto a los espíritus de los antepasados (míticos o reales), y a espíritus y/o elementos de la naturaleza. Para ellos, “antes que todo, existe el Pu-Am, una ánima universal que permea todo lo viviente. De esta ánima universal se desprende la de cada hombre, el Am, que acompaña su cuerpo hasta que muere. Sin embargo, no solo el ser humano tiene su Am, todo ser viviente posee su propia ánima. Solamente los wekufe no poseen ánima” (Wekufe son los espíritus malignos). Para los mapuches, cuando el hombre muere, su Am se convierte en Pillü (espíritu benigno masculino) y se resiste a alejarse de su cuerpo. Pero el estado de su pillü es muy peligroso, pues el wekufe puede adueñarse de esa ánima y esclavizarla o ser usada por los Calcu (especie de brujo). Para salvarse, ella tiene que viajar a la isla de Ngill chenmaiwe que los muertos pueden alcanzar con las ayuda de las Trempulcahue (cuatro ancianas transformadas en ballenas que nadie puede ver); en este lugar se convertirá en Alwe o Pillán. Por esto, en el funeral, los parientes y amigos del difunto tratan de ahuyentar su ánima con gritos y golpes. Bajo la forma de alwe, el ánima podrá regresar cerca de sus queridos sin que los wekufe puedan amenazarla y así ayudar a sus descendientes, sobre todo a sus nietos. En algunos casos, cuando el ser humano ha logrado alcanzar su superación en la isla Ngill chenmaiwe, el pillü puede lograr transformarse en pillán o en wangulén. Finalmente, con el transcurrir del tiempo, cuando ya los descendientes del muerto han perdido la memoria del difunto, su alwe vuelve a reunirse al Pu-Am y así el ciclo alcanza su conclusión.
Ngenechén: Espíritu o deidad que gobierna a los humanos.
Antu o Chau: Llamado también Antu fucha (anciano rey sol).
Antu kuche (anciana reina luna), representación de Küyén, esposa de Antu fucha..
Elche: Espíritu creador del hombre.
Elmapu: Espíritu creador del mapu (Tierra).
El rehue (imagen derecha) simbolizaba la escalera al cielo, y marca el lugar de congregación ritual mapuche, donde se agradece a los pillanes y a la tierra. Rodean canelos, símbolo de paz. Los mapuches “Cantaban y bailaban; comían y bebían por días y noches”; eran “espacios sagrados permanentes”. Quien se interese por indagar más sobre las religiones y las creencias sobre el más allá, puede hacerlo… Aquí hemos querido asomarnos sólo lo suficiente para hacer notar que la idea que siempre ha primado es: La vida no termina en la muerte sino que existe un más allá de ella; donde el acceso a mundos paradisíacos, mundos de bienaventuranza, de vida eterna requieren de una iniciación, preparación, comportamiento… Las religiones universales -judaismo, cristianismo, islamismo, hinduism, budismo - ven en la vida un estado de tránsito a una existencia superior. Aquí no entraremos en ellas pues nos demandaría el semestre y más. Sí -en el punto siguiente- comprenderemos muchas de sus creencias, en cuanto son también materia de ciencia y el acceso a sus enseñanzas pueden ser un beneficio para nuestro actuar educativo - orientador.
e. El Budismo explicado por Jorge Luis Borges
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